Terremoto de 1939: la gratitud de Concepción

El 24 de enero de 1939, nuevamente un terremoto sacudió Chile. Con 8,3º Richter y con epicentro cerca de Quirihue, el llamado Terremoto de Chillán dejó en el suelo a Concepción, actual capital de la región del Bío Bío.

Pese a las dificultades logísticas de la época, el gobierno del presidente Pedro Aguirre Cerda, a poco de haber asumido su mandato, dispuso de todos los recursos materiales y humanos posibles, incluyendo por cierto a las fuerzas armadas. La marina, comandada entonces por el vicealmirante Julio Allard Pinto, ya mantenía en Talcahuano -ciudad vecina a Concepción- una de sus principales bases, con varios cientos de efectivos, repartidos entre las unidades del Cuerpo de Defensa de Costa, la Escuela de Grumetes, capitanías de puerto, además de reparticiones administrativas y de apoyo.

Personal naval entregando asistencia médica
Localidades cercanas a la costa como Penco, Lirquén, Tomé, Dichato, Coelemu y Rafael, recibieron el apoyo de la Armada. En Tomé, por ejemplo, el crucero Blanco Encalada, pese a contar ya con casi cuarenta años, puso a trabajar a sus panaderos noche y día para abastecer a la población. Sepultación de cadáveres, remoción de escombros, reposición de vías de comunicaciones y asistencia sanitaria fueron parte de las tareas asumidas por los marinos en la catástrofe.

La municipalidad de Concepción, como una manera de reconocer esta abnegada de labor, confirió una medalla a los miembros de las fuerzas armadas que tuvieron participación en el control de esta catástrofe. Esta medalla, un tanto desconocida hasta hoy, tiene en su anverso el escudo de armas de la ciudad penquista y en su reverso el motivo de su entrega; es de cobre y su cinta tiene los colores de la ciudad. 




Uno de los condecorados, y a quien corresponde esta medalla, fue Juan Quintanilla, quien terminara su carrera naval como suboficial artillero y que gracias a la donación que hicieron sus descendientes, podemos recordar a uno de los anónimos marinos que contribuyeron a poner nuevamente de pie a Concepción.