Un objeto misterioso



Dentro de las donaciones que recibe el Museo Marítimo Nacional, no es raro encontrar casos en que no hay mayores antecedentes del contexto cultural de o los objetos. Tal es lo que sucedió con un objeto de porcelana y forma globular con una apertura dispuesta de forma excéntrica, posiblemente un contenedor; sólo se contaba con el antecedente de haber sido encontrado en la corbeta “Esmeralda” en los camarotes de babor, a popa, es decir, atrás y a la izquierda.





Como es sabido, la corbeta “Esmeralda” combatió contra el blindado peruano “Huáscar” el 21 de mayo de 1879 durante la llamada Guerra del Pacífico, resultando hundida al final de la acción.


En un primer momento, todo indicaba que podía tratarse de un objeto de uso médico, pues los materiales vidriados, como el gres, la loza y la porcelana eran muy usados en estos fines, dada su facilidad de limpieza y hermeticidad; dicho sea de paso, la enfermería de la “Esmeralda” estaba próxima al lugar del hallazgo. Es por esta razón que se solicitó la opinión al Sr. Thomas L. Snyder, médico y capitán de navío en retiro de la Armada de los Estados Unidos, quien a su vez, es director ejecutivo de la Sociedad Histórica de la Medicina Naval, con asiento en Vallejo, California.

Junto con enviar la consulta a sus asociados, en primer momento el Doctor Snyder pensó pudiese tratarse de una escupidera portátil, pues durante el siglo XIX, la tuberculosis obligaba a evitar escupir en el suelo. También barajó la posibilidad de que se tratase de un inhalador. Así las cosas, uno de sus asociados aportó que en realidad se trataba de un tintero, el que por medio de una estructura de bronce o latón, podía girarse desde una posición de escritura –dejando siempre la tinta al alcance de la plumilla- hasta una posición de cerrado, evitando volcaduras accidentales. Por su forma de caracol, es que se les llama precisamente “tinteros caracol” o snail inkwell.


Tintero similar al encontrado, con su base soporte y en posición de abierto y cerrado


Estos tinteros solían montarse de a dos y así contar con dos colores de tinta al mismo tiempo, por lo demás, debió ser un objeto caro y de ningún modo, provisto por la Marina. ¿A quién perteneció? Por de pronto no hay cómo saberlo, pero es muy probable que se tratase de algún oficial y que con él haya escrito los últimos documentos administrativos de la nave, o su última carta como tripulante de la “Esmeralda”.