Una esquirla del combate de Bahía Cumberland, 14 de marzo de 1915

Este año se cumple el primer centenario de la Primera Guerra Mundial, conflicto que si bien tuvo sus acciones más intensas en Europa y el Atlántico norte, Chile no estuvo ajeno a él, principalmente porque en sus costas se libraron dos encuentros armados: la batalla de Coronel y el combate de Bahía Cumberland, situada en la llamada entonces Isla de Más a Tierra, hoy Robinson Crusoe, una de las tres islas que conforman el archipiélago Juan Fernández.

El crucero alemán SMS Dresden había participado en la mencionada batalla de Coronel, tumba del HMS Good Hope, luego, logró huir del desastre alemán en la batalla de Malvinas, para refugiarse en los canales patagónicos chilenos. Con sus reservas de carbón peligrosamente bajas, arribó a Bahía Cumberland a la espera de reabastecerse y dirigirse al encuentro en Oceanía con el SMS Emden.

El Dresden iza bandera de parlamento antes de hacer estallar su santabárbara y hundirse en la bahía

 En la mañana del 14 de marzo de 1915, el Dresden fue avistado por la flota británica, compuesta por los cruceros HMS Kent, HMS Glasgow y el transporte Orama. Los británicos recibieron la señal de parlamentar, pero aún así y pese a encontrarse en aguas neutrales, rompieron el fuego sobre el Dresden, el que fue hundido por su tripulación haciendo estallar su santabárbara y abriendo las válvulas.

HMS Glasgow

HMS Kent


Transporte armado Orama

Página del libro de bitácora del Kent. http://www.naval-history.net/OWShips-WW1-05Kent1.htm
La autoridad marítima chilena en el archipiélago era el Sr. Natalio Sánchez, civil que desde fines de 1914 se desempeñaba como gobernador marítimo. Sánchez otorgó 72 horas al Dresden para permanecer en aguas chilenas y tras ocurrir el combate, reportó que los tiros de los británicos no sólo dañaron al crucero alemán, sino que también se incrustaron en las laderas de la isla e incluso una esquirla de uno de ellos quedó alojada en su dormitorio, tal como lo dejó registrado el mismo Sánchez en una etiqueta pegada a ella -hoy apenas legible- y obsequiada al almirante Salustio Valdés, quien posteriormente donó este testimonio al Museo, donde forma parte hoy de la colección relacionada con el primer conflicto global. 

Esquirla de granada con etiqueta mecanografiada y firma manuscrita, 139x92x50 mm.
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